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Lo debo reconocer, me gusta la pija! La verga es para mi como el dulce de leche para un argentino: te lo dan a probar de chiquito y lo seguís comiendo toda la vida.
Cuando siento un glande caliente abriéndome el culo me siento en la gloria, cuando tengo el tronco de una pija entrando en mi cuerpo subo a las estrellas.
No creas, no me gustan las pijas monstruosas ni los pedantes que suelen portarlas, que se creen que uno tiene que arrodillarse y adorarlos por la herramienta que tienen, no, que se vayan a ♥♥♥♥♥! Siempre me parecieron ♥♥♥♥♥♥♥♥♥ los ♥♥♥♥♥ esos que se sienten orgullosos porque se comieron una de 25, como si el objetivo de un ♥♥♥♥ es meterse lo más grande que pueda en el culo.
Me encantan las de 18, generosas para abrirte sin sufrir.
Además, vos lo sabés bien, con el culito que tengo, no me faltan.